Las fases emocionales del proceso de cambio




Tal y como identificó la reconocida psiquiatra Elisabeth Klüber-Ross en su modelo, cuando experimentamos una pérdida, los seres humanos pasamos por un proceso emocional de duelo que ella desglosó en cinco etapas. No siempre experimentamos todas ellas de forma consciente, y es posible que en algún tipo de cambio no pasemos por alguna. Pero en general, el modelo que ella definió se cumple y es efectivo a la hora de entender qué nos pasa a las personas cuando experimentamos un cambio, y por tanto una pérdida.

O en el caso de tu propia transformación personal, cuáles son las fases por las que pasarás si decides acometer el reto.

También puede ocurrir que durante ese proceso, retrocedas a una fase anterior y por lo tanto, pases por alguna de las fases varias veces.

En el siguiente modelo, se han clasificado las siguientes 7 fases:

1. Shock

Se produce cuando te comunican una noticia o sucede algo que no esperabas, y directamente no sabes ni cómo reaccionar. Un ejemplo claro de esto fue la estupefacción que muchos experimentamos cuando el 11 de septiembre de 2001, nos mostraron por televisión el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York.

Pero también puede ocurrir cuando de repente te das cuenta de que eres tú el responsable de estar en esa situación X y por lo tanto, está en ti el control sobre ello, el poder de cambiar esa situación o al menos la forma en la que te enfrentas a ello... Esta fase de shock podría manifestarse con una reacción del tipo: “¿Cómo? ¿qué soy yo el que tiene que transformarse?”.


2. Negación.

Si viviste el ataque a las torres, aunque fuera por la televisión, la negación es la reacción que a modo de mecanismo de defensa manifestaste en cuanto conseguiste reaccionar al shock anterior. En cuanto tu mente trató de darle sentido a lo que acababa de observar, presentaría una reacción de negación de lo ocurrido. “Esto tiene que ser una película”.

Esta fase será de mayor o menor intensidad, en función del grado de sorpresa que el suceso provoque. Y puede llegar incluso a no existir si el evento era esperado.

Esta es la fase en la que se produce, con o sin éxito, el intento de sabotaje del mismo. Es decir, cuando la gente reacciona afirmando que no va a aceptar esa situación o circunstancia. No quiere perder lo que tiene o lo que es. Existe una verdadera sensación de perdida emocional.

Por ejemplo, en el caso de una persona con obesidad que quiere adelgazar, la reacción en esta fase podría ser algo así como: “Me parece que te has confundido. Yo lo que quiero es cambiar bajar de peso, no cambiar yo.”

Si conoces el modelo del ciclo de aprendizaje que relaciona competencia y conciencia, en estas dos primeras fases te habrías mostrado “inconscientemente incompetente” respecto al cambio que ya ha empezado. Es decir, aún no has tomado conciencia real de que ante el nuevo escenario que requiere tu transformación, ya no eres competente.


3. Frustración.

Esta es la reacción que presenta una manifestación emocional externa más obvia. Es en este momento donde normalmente mostrarás la emoción que subyacía en la fase anterior. Esta es habitualmente de rabia o tristeza, o ambas, como en el caso de una pérdida de un ser querido, o de un terrible suceso como fue el de Nueva York.

Aunque el nombre de la fase no parezca adecuado, también podría darse una emoción agradable. Como por ejemplo la alegría que puedes experimentar ante la comunicación de un premio no esperado, y que en primera instancia te negaste a creer que habías recibido.

En el momento que observas a los demás pasar por esta fase, tienes la evidencia de que la gente ya empieza a comprender que no hay vuelta atrás. Pronto empezarán a “dejar de resistirse” los más aventureros.

Para tu ejemplo la reacción podría ser: “Pues parece que esto va en serio. Pues no sé yo sí me gusta esto de tener que cambiar.” Este es el momento emocionalmente más duro. Es ahora cuando te das cuenta de que no eres competente para la situación que provoca el cambio. Has pasado a ser “conscientemente incompetente” frente a este cambio. Y esto aunque no lo parezca, es muy bueno. ¿Cómo vas a aprender o cambiar algo, si antes no has sentido que te hacía falta?.

4. Aceptación

Una vez que has experimentado la emoción de la frustración, estás preparado para aceptar plenamente lo ocurrido. En función del tipo de cambio esta fase puede durar desde pocos segundos a años, o incluso no llegar a ocurrir nunca.

Para eventos menores puede durar segundos. Como por ejemplo al tener que aceptar que te toca aprender una nueva versión de Word. En cambio en los casos de depresión grave, por la pérdida de un ser querido, la persona puede no llegar a experimentar la aceptación al quedar sumida en la frustración (en ese caso la ayuda de un profesional podría ayudar a elaborar bien el duelo y conseguir aceptar lo ocurrido).

Esta fase es una señal inequívoca de que empieza a entenderse que ya no es posible interactuar con la realidad como se hacía en el pasado. Va a ser necesario adquirir nuevas habilidades o herramientas para volver a ser competente. Es también probable que las personas empiecen a ver lo que el cambio tiene de positivo, aún siendo un cambio no deseado.

Y siguiendo con tu ejemplo tu reacción puede ser: “Bueno, vale. Ya lo entiendo. Si no cambio, haré lo mismo que antes, y conseguiré lo mismo que antes. Lo que necesito es cambiar mis comportamientos, para finalmente, cambiar yo y lograr mi objetivo”.

5. Aprendizaje

Ya empiezas a ver la luz al final del túnel. Sólo te quedan tres fases tras haber aceptado el cambio. Ahora ya entiendes que es necesario aprender nuevas habilidades y desarrollar nuevos comportamientos, y te pones a ello. 

En tu caso, esta es la fase en la que estás dispuesto a recibir feedback, a hacer coaching, y a leer todo lo posible respecto a cómo cambiar. Estás preparándote para pasar a un nuevo nivel de competencia personal y profesional.Es aquí donde poco a poco comienzas a sentirte “conscientemente competente”.

6. Aplicación

Cada vez parece más cercano el final. A medida que se avanza por esta fase todo se va simplificando. Las pérdidas emocionales por el cambio están prácticamente asimiladas del todo, y lo que te preocupa es aplicar lo aprendido. Ya no es hora de lamentarte, sino de aprovechar las oportunidades que vas detectando.

Para ti será la demostración de que ya todo vuelve a ser más fácil. Comienzas a disfrutar de tus primeros logros aplicando lo aprendido. Pronto habrás recuperado la competencia plena.

Entre esta fase y la siguiente pasarás a ser “inconscientemente competente”. Desplegarás tus nuevas habilidades, y conductas, de modo cada vez más natural.

7. Finalización

Y el remate del proceso ocurre cuando ya has integrado el cambio y has gestionado las pérdidas emocionales de forma satisfactoria. Es el momento de pararte a reflexionar, y disfrutar de lo que has superado.

Pronto tal vez vuelvas a plantearte hacer algún cambio, a ser posible decidido por ti mismo, y adelantarse a sí a los cambios provocados por otros o por el entorno. Pero antes, disfruta de lo conseguido, y aprovecha para recargar las pilas.

Esta es la fase de celebración del éxito del proceso de cambio y de recoger claramente los frutos del esfuerzo desarrollado.

¿Y tú has sentido alguna vez este proceso de cambio?

Adaptado por Nerea Gomez, psicóloga

via: http://inknowation.com/blog/las-fases-emocionales-del-proceso-de-cambio/#more-919

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