"Depresión Navideña", ¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor?


Aquí tienes algunas pautas o consejos que pueden ayudarte a hacerle frente a esta situación de la que hemos hablado anteriormente, y sentirte mejor contigo mismo/a y con los demás: 

-¿Hacer un balance, sí o no? Ya que la Navidad coincide con el final del año natural, nos puede venir bien hacer un sencillo balance de nuestra evolución personal. Reflexiona sobre las cosas que has aprendido y has logrado este año. Valóralo y reconócelo. Si además lo escribes en un papel, mejor que mejor, y si te atreves a compartirlo con alguien, tu autoestima te lo agradecerá aún más. Por otro lado, reflexiona también sobre lo que te gustaría cambiar, mejorar o conseguir durante el próximo año y conviértelo en objetivo, en reto, en vez de en obligación. Eso te ayudará a motivarte para alcanzarlo. Es importante que para alcanzar ese gran objetivo te marques otros más pequeños que poco a poco te vayan acercando a tu meta. Por eso, sé flexible y realista, ponte objetivos asequibles para evitar frustraciones. 



-Convertir los recuerdos de las personas ausentes en algo agradable: podemos recordar las cosas positivas de ésas personas, como anécdotas graciosas, chistes, algún plato rico que preparaban... En caso de que hayan fallecido, también podemos pensar en qué cosas aportaban a las fiestas e inculcárselo a los demás, sobre todo si son niños. Así les haremos ver de forma positiva el recuerdo de ésa persona, sin ocultarlo, como si fuera algo malo... Se trata de buscar los momentos buenos y repetirlos cuando se pueda. Hablar abiertamente de ésa persona nos hará sentir mejor.

-Si estás fuera, bien sea en el extranjero o en otra ciudad y no puedes volver a casa por Navidad, como el turrón, busca gente con quien celebrarla y apúntate a varias actividades.


-Apoyarse en amigos y familiares para hacer frente a los malos momentos: Ponerle palabras a éso que sentimos y el hablarlo con alguien nos ayuda a sentirnos mejor. Además del desahogo, el escuchar otros puntos de vista, quizás no tan negativos, puede ayudarnos a ver las cosas de otra manera y así, sentirnos mejor. Recuerda, "una alegría compartida se multiplica y una tristeza compartida se divide”.

-No dejarse llevar por la publicidad: se trata de buscar nuestra propia felicidad, que para nada tiene que parecerse a la de las películas ni a la de los anuncios. No debemos olvidar que la publicidad está exagerada, para hacernos ver lo que ”nos falta” y así incitarnos al consumo, es prácticamente imposible estar a la misma altura. Muchas personas tienen problemas que resolver, no somos los únicos. Aceptemos nuestra realidad, busquemos nuestro propio nivel y disfrutemos de él.

-La necesidad agudiza el ingenio, seamos creativos: no hace falta gastarse mucho dinero ni en regalos ni en comida, busquemos alternativas. Seguro que hay algo que se te da genial y puedes hacer para tener un detalle con alguien como pintar, dibujar, cocinar, grabar una canción, hacer un montaje de fotos... También puedes regalar algo que ya no uses, o comprar en tiendas de comercio justo y así ayudar también a quienes lo necesitan... Sé creativo y original, ponle ilusión y ganas, y acertarás.

-No dejemos que lo que nos hizo daño en el pasado lo siga haciendo en el presente, hagámosle frente: no tenemos por qué aguantarnos y callarnos por no “discutir” o “montar una escena” en navidad. Si alguien nos dice o hace algo que nos duele, es mejor que se lo digamos, y para ello no es necesario discutir, no hace falta ponernos a su altura, se lo podemos decir de buenas maneras y ser tajantes al mismo tiempo. Es necesario poner límites a ciertas personas o actitudes. Y si tenemos algún asunto sin resolver que no nos deja estar a gusto con nosotros mismos, busquemos el momento y hablemos con ésa persona. Puede que al fin se resuelva y podamos quitarnos ésa “espinita”, acabando ésa historia. 


-Verlo todo desde fuera: analizar la situación y valorar cuánto de negativo y cuánto de positivo hay en ella, intentando no centrarnos únicamente en lo negativo. Busquemos más allá de lo que vemos a primera vista, intentemos buscar cosas buenas, que seguro que hay más de las que pensábamos en un principio.


-Darle otro significado a la Navidad: en sí, es sólo una fecha más en el calendario, cada persona le da el significado que ella quiere. Aprovecha las fiestas para desconectar del día a día, aún si estás bajo de ánimo, puede venirte bien relacionarte con otras personas y despejarte. Pero no te lo tomes como una obligación, no es obligatorio estar bien, no pasa nada si por lo que sea te sientes triste y no te sale estar tan alegre y animado como el resto. Date tiempo, pero date la oportunidad de pasar un buen rato también.

En definitiva, las navidades despiertan sentimientos enfrentados. Mientras que algunos están deseando que lleguen y no quieren que se acaben, las viven con felicidad, entusiasmo e ilusión; otros empiezan a angustiarse sólo con los primeros “síntomas” de su inminente aparición; como los primeros anuncios, inmensas cantidades de turrones y polvorones expuestos en los supermercados... y están deseando que terminen de una vez y olvidarse de ellas hasta el año siguiente. La cuestión es que al año siguiente, por las mismas fechas, vuelven a sentirse del mismo modo y así, sucesivamente un año tras otro. Por éso, es conveniente cambiar ésa forma negativa de ver y vivir la Navidad, y éso, en gran medida, está en nuestras manos.

Nerea Gomez, Psicóloga Sanitaria.

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