¿POR QUÉ COMEMOS LO QUE NO DEBEMOS? ¿QUÉ HAY DETRÁS DE ESAS DIFICULTADES PARA MANTENER UNOS HÁBITOS SALUDABLES CON LA ALIMENTACIÓN?







Detrás de los conflictos con la alimentación y en concreto, de las dificultades para adherirse a una dieta (en algunos casos de personas con sobrepeso u obesidad, con o sin un Trastorno de a Conducta Alimentaria, ya que del 20-30% de las personas que padecen obesidad, es consecuencia de un Trastorno por Atracones, para más información, leer el artículo de Trastorno por Atracón, en la sección TCA) subyacen diferentes variables psicológicas:

-Pasividad, falta de motivación, estado anímico depresivo

-Dificultad para controlar los impulsos

-Dificultad para hacer frente a situaciones estresantes


-Insatisfacción con el propio cuerpo, imagen corporal negativa

-Dificultad para identificar sus propios sentimientos y emociones, y para expresarlos

-Dificultad para identificar sus propias sensaciones, no pudiendo distinguir entre hambre y saciedad, ni entre hambre y emociones diferentes, como la ansiedad.

-Baja autoestima

-Ingesta emocional: ansiedad, aburrimiento, rabia, ira, soledad, frustración, indecisión, culpa, vacíos, conductas de gratificación alimentaria, comer como forma de compensar insatisfacciones en algún área de la vida (trabajo, vida afectiva, amistad, ocio) y comer como vía de escape para no pensar en los problemas existentes, es decir, como forma de evitación.

-Disonancias cognitivas: tensión o incomodidad que percibimos al tener dos ideas contradictorias o incompatibles entre si, o cuando nuestras creencias y valores no están en armonía con lo que hacemos (ayudar a un familiar o a una amiga cuando no queremos hacerlo o preferimos hacer otro plan, por ejemplo). 

-Obesidad como forma de evitar situaciones deseables: la obesidad funciona como barrera para no hacer aquello que supuestamente haría si no la tuviera. Es decir, subyace un miedo a la vida social, sexual, a entrar en una etapa nueva de desarrollo, a la intimidad psicológica y afectiva de la vida en pareja...

-Estar en la fase contemplativa del proceso de cambio propuesto por Prochaska y DiClemente:
Según estos autores, todos pasamos por las mismas etapas a la hora de realizar un cambio:
*Precontemplación: la persona no piensa que tenga un problema y por lo tanto, no tiene ninguna intención de intentar solucionarlo. No es consciente.

*Contemplación: la persona ya sabe que tiene un problema, es consciente de él, pero está ambivalente. Por un lado quiere cambiar y por otro no lo tiene del todo claro. Empieza a poner en una balanza los pros y contras de realizar cualquier acción que le pueda llevar a la solución. Aquí, muchas personas intentan cambiar, empiezan a hacer una dieta, pero puede que no estén del todo convencidas de hacerla, porque no aceptan el coste que les acarrea. Y cuando salen de su “zona de confort”, se sienten incómodas, y si no permanecen en ésa incomodidad hasta que vuelvan a alcanzar una nueva “zona de confort”, lo cual llega al alcanzar el cambio, este no se produce. Es decir, si la persona está incómoda con ésos nuevos hábitos que se intentan incorporar, si le supone mucho esfuerzo y decide volver a sus viejos hábitos, porque aunque antes no estuviera bien, al menos estaba cómoda, porque lo conocido por malo que sea, da seguridad, el cambio no se llega a producir.

*Preparación: cuando la persona toma la decisión de hacer algo y sale de esa ambivalencia, de esa indecisión y se inclina a favor del cambio, habiendo sopesado los pros y  los contras de hacerlo, habiendo aceptado el precio a pagar, los costes que implicará seguir a delante, para alcanzar su objetivo.

*Acción: aquí ya está decidida a cambiar y da los pasos necesarios en esa dirección.

*Mantenimiento: se esfuerza por no perder lo que ha conseguido en la fase de acción y mantiene el cambio obtenido. Aquí es importante hacer una  tarea para prevenir “posibles recaídas”, para evitar abandonar las conductas que te han llevado a conseguir tu objetivo y para identificar qué cosas fueron las que te llevaron a estar como estaba antes de iniciar el proceso, y así, evitar volver a una etapa anterior. Si aún así, se diera una recaída, se iniciaría de nuevo el proceso, aunque puede que esta vez, desde la etapa de contemplación.

¿Qué crees que te pasa a ti? ¿En qué fase del proceso de cambio crees que estás? Identificar la posible causa, es el primer paso, tú decides si seguir andando en esa dirección, sabiendo que no va a ser fácil pero que el cambio es posible, o quedarte donde estás, poniéndote excusas a ti mismo/a, autocompadeciéndote o culpandote a ti o a tu pasado, o a tu vida o al vecino de en frente…de tu malestar e “incapacidad” para cambiar. “Soy así, y no puedo cambiar”. Si eso está resultando ser cierto ahora, es porque estás convencida/o de que es así. Creer fuertemente en algo aumenta las probabilidades de que ese algo suceda, para bien o para mal. Sólo tú eres dueña/o de tus pensamientos y emociones, eres tú quien tiene la responsabilidad sobre ellos. Así que, después de saber el por qué, ¿qué quieres hacer?

Nerea Gomez, Psicóloga Sanitaria.

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