ESPEJITO, ESPEJITO...





Como la madrastra de Blanca Nieves solía hacer al mirarse al espejo, nosotros también, cuando nos miramos, le hacemos la misma pregunta trampa: “¿Quién es el/la más guapa/o del Reino?”. Pero no paramos con ésa pregunta, seguimos con la ronda: “¿Quién es el/la más atractivo/a?” “, “¿Quién tiene el mejor trabajo, el mejor sueldo, el mejor coche, la mejor casa, la mejor pareja...?” “¿Y quién es el/la mejor en todo?”

Así funcionamos, porque así es como funciona nuestra sociedad también, es lo que nos quieren hacer creer, que siendo mejores en todo lo externo, conseguiremos ser felices, y para éso tenemos que comprarnos todos ésos productos que nos intenta vender la publicidad para lograr la supuesta perfección, a base de minar nuestra autoestima.

Pero no culpemos o responsabilicemos de los problemas de autoestima únicamente a la sociedad, pues quien responde a ésas preguntas que le hacemos a nuestro espejo no es ni la sociedad, ni el espejo, ni el vecino del 3ºA; sino nosotros mismos.

Al fin y al cabo, como dice el nombre, la autoestima no es más que la estima que nos tenemos, el concepto que tenemos de nosotros mismos. Y cuando el estado de ánimo y la autoestima están bajos, nuestra percepción se deteriora y empiezan a aparecer pensamientos negativos sobre nosotros mismos, como “soy fea/o, tengo mal aspecto, no tengo éxito en la vida...”.

Estos pensamientos, a su vez, hacen que nos sintamos peor con nosotros, aumentan la tristeza y deterioran más nuestra auto-percepción. Pero en éste cuento, el príncipe azul que aparece como salvador somos nosotros, pues podemos cambiar y mejorar nuestra autoestima. ¿Cómo?

Algunos pasos para mejorar la autoestima:




  • Deja de tener pensamientos negativos sobre ti mismo. A menudo somos demasiado críticos con nosotros mismos, en vez de éso, nombremos aspectos positivos que nos gustan de nosotros mismos.
  • Céntrate en lo positivo; en ésos aspectos que sí nos gustan de nosotros, en vez de en los que no nos gustan.
  • Convierte lo negativo en positivo. Invierte todo lo que parezca que está mal o no tiene solución con pensamientos que contra resten los negativos.
  • No te compares. No sirve para nada bueno, debemos aceptar que siempre habrá alguien que en algún aspecto sea “mejor” , pero que será “peor” en otro.
  • Acéptate a ti mismo, con tus limitaciones y tus capacidades.
  • Ponte como objetivo el logro en vez de la perfección, pues ésta no existe.
  • Identifica lo que puedes cambiar y lo que no. Si te das cuenta de que hay algo tuyo que no te hace feliz y puedes cambiarlo, empieza ahora mismo. Si se trata de algo que no puedes cambiar (como tu estatura), empieza a trabajar para quererte tal y como eres.
  • Considera los errores como oportunidades de aprendizaje. Acepta que cometerás errores porque todo el mundo los comete. Los errores forman parte del aprendizaje.
  • Sé consciente de tus logros o éxitos.
  • Confía en ti mismo, en tus capacidades y en tus opiniones. Actúa siempre de acuerdo a lo que piensas y sientes, sin preocuparte excesivamente por la aprobación de los demás.
  • Prueba cosas nuevas. Experimenta con nuevas actividades que te pongan en contacto con tus capacidades.
  • Fíjate metas . Piensa en lo que te gustaría conseguir y luego diseña un plan para hacerlo.
  • Colabora en una labor social; el sentir que ayudamos a alguien, puede aumentar nuestra autoestima.
  • ¡Haz ejercicio! Ayuda a liberar tensiones, aliviar el estrés y a sentirse en forma.
  • Pásatelo bien. Disfruta haciendo cosas que te gustan sin ningún objetivo más que el hecho de pasar un buen rato.

No es una tarea fácil pero se puede lograr. Nunca es tarde para construir una autoestima positiva y sana. En algunos casos, es posible que sea necesaria la ayuda de un profesional, como un psicólogo o terapeuta. Estos expertos hacen de guías, ayudándonos a querernos y a darnos cuenta de qué es lo que nos hace únicas y especiales como personas.

La autoestima interviene en casi todo lo que hacemos. Las personas con una autoestima alta rinden más en los estudios y/o en el trabajo, y les resulta más fácil hacer amigos. Tienden a tener mejores relaciones con la gente de su edad, son más felices y les cuesta menos enfrentarse a los errores, decepciones y fracasos, y es más probable que persigan sus objetivos hasta lograrlos. Repito que no es una tarea fácil, aunque parezca algo sencillo al leerlo, cuesta modificar ésos hábitos que hemos ido adquiriendo; pero merece nuestro esfuerzo. Nos puede ayudar a alcanzar ésa calidad de vida tan ansiada sin necesidad de obtenerla de cosas externas, pues la voz del espejo somos nosotros mismos.

Nerea Gomez, Psicóloga Sanitaria.

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